EL FERROCARRIL EN LA PATAGONIA CENTRAL
En 1978 se oyó, por última vez, el silbato del tren que desde 1909 recorría la zona norte de Santa Cruz desde su cabecera en Pto. Deseado hasta la punta de rieles en la Colonia Las Heras y desde 1910 lo hacía desde Comodoro Rivadavia hasta colonia Sarmiento. Sin embargo, la presencia del ferrocarril ha permanecido en la memoria de los patagónicos como un elemento clave para la región. Planificado en la Ley de Fomento de los Territorios Nacionales en los inicios del siglo XX, con el propósito de colonizar territorios patagónicos, poblar las estancias de la línea, fomentar el transporte de materias primas y de pasajeros e integrar la zona al resto del país y de Chile su construcción quedó trunca apenas iniciada la Primera Guerra Mundial.
A pesar de su corto y desarticulado recorrido, el ferrocarril fue un factor de control y dominación del espacio y del tiempo, y cada una de las estaciones pasó a ser la representación misma de la ciudad porque conjugaban el valor estático como hito urbano y el valor dinámico dado por el cruce o nodo de circulaciones de pasajeros, de actividades mercantiles, de transporte de lanas, petróleo, ganado, del envío de materiales de construcción y recepción de correspondencia y de encuentros sociales.