En el paisaje se expresa la presencia humana a través de los usos del suelo, las prácticas culturales y las diversas interacciones que han tenido los grupos con y sobre el territorio. Los pueblos originarios se vincularon con su entorno y sus recursos de un modo distinto al que lo hicieron los ganade- ros que criaron de modo extensivo a los ovinos con destino al mercado inter- nacional.
El diseño urbanístico de algunas de las ciudades costeras de Chubut también testimonia modos de ocupación territorial: vinculado al sistema pro- ductivo petrolero, ferroviario, salinero o metalúrgico que coexiste con otras urbanizaciones planificadas como puertos a partir de cuadriculas, grillas perfectas y otras más imperfectas.
Esta amplitud de objetos de análisis ha sido recorrida a través de múltiples perspectivas que han buscado explicar que el paisaje habitado ha sido variable a lo largo del tiempo y moldeado sobre distintos vínculos entre las poblaciones humanas, el entorno marítimo o terrestre y sus recursos. Gran parte de estas expresiones materiales y simbólicas han sido consideradas, en las últimas décadas, como patrimonios de la Patagonia central.